top of page
Buscar

Cuando pedimos poco, pero Dios nos da mucho más: Reflexión en Hechos 3




A menudo, nuestras oraciones y deseos están moldeados por lo que creemos necesitar en el momento. Sin embargo, Dios tiene una perspectiva más amplia y un plan que va más allá de nuestras expectativas. Esta verdad se refleja de manera poderosa en Hechos 3, donde un hombre cojo pidió algo pequeño, pero Dios le dio algo extraordinario.


La historia del hombre en la puerta del templo

Imagina esto: cada día, un hombre cojo desde nacimiento era llevado a la Puerta Hermosa del templo para pedir limosna. Para él, esa era la única forma de sobrevivir. No podía imaginar nada más que unas monedas para pasar el día. Cuando Pedro y Juan pasaron por allí, el hombre extendió la mano esperando recibir algo de dinero.


Pero la respuesta de Pedro cambió su vida para siempre:

"No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda!" (Hechos 3:6).


Ese hombre recibió más que unas monedas. Recibió sanidad, fuerza en sus piernas, y la oportunidad de vivir una vida nueva. De mendigar en la puerta del templo, pasó a entrar saltando y alabando a Dios.


¿Qué podemos aprender de esta historia?

1. Dios conoce nuestras verdaderas necesidades.

El hombre pedía dinero porque pensaba que esa era su mayor necesidad. Pero Dios sabía que lo que realmente necesitaba era sanidad, restauración y esperanza. A veces pedimos lo que creemos que resolverá nuestros problemas inmediatos, pero Dios quiere ir más allá y trabajar en lo profundo de nuestro corazón.


2. No limites tu fe a lo que parece posible.

El hombre no pidió sanidad porque ni siquiera consideraba que fuera una opción. ¿Cuántas veces dejamos de pedir grandes cosas a Dios porque pensamos que son imposibles? Este pasaje nos recuerda que para Dios no hay límites.


3. Dios siempre da más de lo que pedimos.

La sanidad física fue solo el comienzo. Este hombre no solo caminó, sino que fue transformado espiritualmente. Su sanidad lo llevó a alabar a Dios y convertirse en un testimonio vivo de Su poder.


Aplicando esto a nuestras vidas

¿Cuántas veces hemos orado pidiéndole a Dios “monedas” cuando Él quiere darnos una vida completamente nueva? Tal vez estamos pidiendo una solución rápida a un problema financiero, una relación rota o una situación difícil, pero Dios quiere hacer algo mucho mayor: renovar nuestro corazón, fortalecer nuestra fe y mostrarnos Su propósito eterno.


Hoy es un buen momento para reflexionar:

- ¿Estoy pidiendo con una fe limitada, enfocándome solo en lo inmediato?

- ¿Estoy dispuesto a dejar que Dios intervenga en mi vida de una manera que tal vez no esperaba?


Una oración para hoy

"Señor, muchas veces me enfoco solo en lo que creo necesitar, pero Tú sabes lo que realmente es mejor para mí. Ayúdame a confiar en tu plan y a abrir mi corazón para recibir lo que tienes preparado, incluso si es diferente de lo que espero. Transforma mi vida y guíame en tus propósitos. Amén."


No importa qué estés enfrentando hoy, confía en que Dios tiene un plan mayor. Su respuesta siempre será mejor y más grande de lo que puedas imaginar.

 
 
 

Entradas recientes

Ver todo

Comments


  • Instagram
  • Facebook
  • YouTube
  • TikTok

Mantente informado, únete a nuestro boletín

¡Gracias por suscribirte!

bottom of page